Embarazo sin malestares

Unas de las preguntas que nos hacemos cuando planeamos tener un bebé, o bien cuando tenemos sospecha de que estamos embarazadas son: ¿Tendré muchos síntomas? ¿Sufriré mucho? ¿En verdad será como en las películas? O bueno, al menos yo lo pensé, tenía miedo de que me iba a sentir pésimo, ya que soy súper sensible, sufrí de cólicos inmensos donde me tomaba pastillas cada 4 horas (la caja decía cada 8) y por tres días consecutivos. Hasta la doctora me dijo: “¿Eres muy sensible verdad? Sentiste la implantación”

Y bueno, lo primero que hay que saber, es que lo que comemos en el embarazo predispone a nuestro bebé a padecer ciertas cosas en el futuro como colesterol alto, obesidad, diabetes, etc.. Y eso no lo dije yo, lo dijo mi nutrióloga, fue por eso que corrí con ella cuando supe la noticia (aparte de con la ginecóloga) y me dio un plan de alimentación casi igual al que yo tenía, porque ¡no comemos por dos!

Y sí, el gran secreto (no tan secreto) es la buena alimentación y como prueba, les voy a contar cómo fue en mi experiencia.

Náuseas

Sólo tuve náuseas una vez, y fue por hambre. Ahí supe que si no hacía mis 5 comidas al día y a las horas que debía, me podría marear y sentir mal. Nunca más pasó, porque no dejé que sucediera. No necesité que pasara una segunda vez para decidir que eso no es lo que yo quería sentir en mis primeros meses de embarazo, y menos cuando aún no le decíamos a nadie.

Antojos

Realmente no sé si fue psicológico (que no quería comer de más), o si por comer tan bien nunca se me antojó nada. La ansiedad de botanear, no estuvo ahí, siempre tuve a la mano lo que necesitaba y lo que me hacía sentir bien. Creo que he sido más antojadiza en el encierro por Covid que en el embarazo.

Incremento de peso

En este departamento también me fue súper bien, subí 11 kilos si mal no recuerdo, y todo fue en la panza, me veía igual por casi todos los ángulos (obviamente no por los laterales). Una vez la ginecóloga dudó de mi buena alimentación a simple vista, porque sintió que estaba muy delgada, sin embargo me pesó y checó a mi bebé y todo estaba perfecto. Ya sólo me dijo “te ves muy bien”.

Qué pasaba cuando no comía bien

Fueron contadas las veces en las que me comí algo con mucha azúcar o alguna grasa saturada, creo que todas esas veces fueron en festejos. Al día siguiente de cada una de esas veces, me sentí cansada, con muchísimo sueño, y al despertar me dieron unos dolores de ciática, ¡que mi esposo me ayudaba a ir al baño!, claro que al ratito se me quitaba, solo me duraba unos minutos, pero ¿cuál era la necesidad de sentirse así? Por esa razón cada vez que se me presentaba una oportunidad de comer azúcar y grasa que no debía, no lo hacía y no me costaba nada de trabajo.

Hinchazón

Muchos me dijeron que me iba a hinchar, que probablemente iba a saber que mi bebé iba a llegar cuando me sintiera súper hinchada, que no me iban a quedar mis zapatos, o que mi cara y mi nariz iban a convertirse en bolas… éste no fue el caso. No me hinché en lo absoluto, de ningún lado. Aún recuerdo como la doctora a las 38 semanas me picaba los tobillos con el dedo muy sorprendida, diciéndome “¿no te has hinchado nadaa verdad?”.

Mi estado físico en general

Honestamente puedo decir que nunca me había sentido tan bien en mi vida. Estaba llena de energía, me sentía genial, no tenía malestares… lo único diferente era mi pancita y que sentía a mi bebé moverse. Se movía demasiado, me deformaba la panza intensamente y eso me fascinaba, me hacía sentir extremadamente feliz y emocionada.

Es por eso que agradezco enormemente la ayuda de mi nutrióloga, su conocimiento y sus consejos me ayudaron a vivir de la mejor manera esta etapa y por eso pude disfrutar cada segundo de la manera en que lo hice.

Yo no soy experta en alimentación ni en la gestación, aunque sí leí muchos libros y artículos al respecto. Me gusta estar informada en todo lo que me importa, y también leyendo, supe lo que no debía comer y lo que no debía hacer, y el porqué. Y siempre me sentí orgullosa de tener fundamentos y cuándo me preguntaban porqué no comer ciertos alimentos, poder decir algo más a “me dijeron que no podía”.

También recuerda que todos somos diferentes, y puede que no todo funcione para ti, pero escribo este artículo esperado pueda ayudarle a alguien.

Otros tips que también son muy buenos y que a mi me sirvieron de maravilla son:

  • Usar una buena crema para las estrías desde que empieza a crecer la pancita (aunque no tengas estrías). Esto evitará que te salgan, y si lo hacen, es mejor tratarlas en cuanto aparecen. Yo utilicé dos en mi embarazo, ISDIN Antiestrías y Percutalfa.
  • Toma suficiente agua. Eso siempre es muy importante, no solo en el embarazo.
  • Aprovecha la energía que tienes. El estar embarazada no significa que no puedas hacer nada, pero sigue las recomendaciones de tu médico, él o ella conoce tu caso específicamente.